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Un estudio a gran escala ha mostrado diferencias en el tamaño del cerebro entre niños con y sin TDAH. La investigación también indica que estas diferencias parecen disminuir a medida que los niños con TDAH maduran y llegan a la edad adulta. El estudio fue publicado en “The Lancet” y financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU.
Se trata de uno de los estudios a mayor escala realizados sobre el TDAH y el cerebro. Los investigadores han observado Imágenes por Resonancia Magnética (IRM) del cerebro de más de 3.000 niños y adultos.
Entre estos había hombres y mujeres de edades comprendidas entre cuatro y sesenta y tres años. Un poco más de la mitad, con TDAH. Las imágenes fueron tomadas en 23 lugares diferentes de los Estados Unidos, Europa, China y Brasil.
Los expertos de Understood Ellen Braaten, Thomas E. Brown y Bob Cunningham han revisado el estudio. Aquí están las conclusiones.
Hallazgos clave
Los investigadores compararon siete regiones del cerebro en personas con y sin TDAH. Encontraron algunas diferencias significativas en el tamaño del cerebro:
Leer más: Diferencias en el cerebro relacionadas con el TDAH
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Un síntoma muy común – pero confuso – del TDAH es el llamado “hiperfoco”, la capacidad de concentrarse intensamente en un proyecto o una actividad durante varias horas seguidas.
¿Qué es el hiperfoco? ¿Es un síntoma del TDAH?
El hiperfoco es la tendencia de niños y adultos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) a centrarse intensamente en las cosas que les interesan. A veces, se centran con tanta fuerza que se vuelven ajenos al mundo que les rodea. El hiperfoco es el reverso de otro síntoma del TDAH, la distracción.
¿Cómo afecta el hiperfoco a niños y adultos con TDAH?
Para los niños, el objeto del “hiperfoco” puede ser jugar a un videojuego o ver la televisión. Para los adultos, puede ser ir de compras o navegar por Internet. Pero sea lo que sea lo que llame la atención, el resultado es el mismo: a menos que algo o alguien interrumpa, las horas pasan mientras las tareas y las relaciones importantes se van quedando en el camino.
“Quienes piensan que el TDAH consiste en tener un período corto de atención no entienden qué es el TDAH”, dice Kathleen Nadeau, Ph.D., psicóloga en Silver Spring, Maryland, y autora de “ADD-Friendly Ways to Organize Your Life”. “Una forma mejor de verlo es que las personas con TDAH tienen un sistema de atención mal regulado”.
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Por favor, no nos digas que deberíamos “intentar tal cosa” o que nuestro hijo “debería estar haciendo tal otra”.
Si te encontraras con mi hija por la calle, pensarías que es perfectamente normal. Encantadora e ingeniosa, incluso. Lo que no sabes es que ha pasado su joven vida luchando con discapacidades y enfermedades que no puedes ver.
Muchos niños que sufren depresión, trastorno de ansiedad generalizada (que no es lo mismo que la angustia del adolescente), TDAH, déficit de las funciones ejecutivas, TND, dislexia o problemas sensoriales o están en el espectro autista pueden “pasar por normales” y sus síntomas, atribuirse a mala conducta o (lo más popular) a mala crianza por parte de sus padres.
Pero no es tan simple. He aquí algunas cosas que los padres de niños “neuro-divergentes” quieren que sepas.
1. El problema NO es que nosotros, o nuestros hijos, no nos esforcemos lo suficiente
La verdad es que luchan contra dificultades abrumadoras y eso resulta agotador. Así, muchos de ellos están exhaustos tras mantener la compostura en la escuela todos los días. A muchos se les da bien compensar y trabajan muy duro para ser “normales”. Pero cuando vuelven a casa, todo se va al infierno. Y ellos se vienen abajo estrepitosamente.
Leer más: Diez cosas que deberían saber los padres de niños “normales”
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Primero, lo primero: una advertencia. Una aclaración. Un desmentido. El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad no es ningún don. No es una bendición. Y no estoy insinuando que sea algo maravilloso.
Tampoco estoy insinuando que debas sentir envidia si resulta que no tienes problemas profundos de concentración, inatención, inquietud, continuidad, distracciones, memoria, procrastinación, regulación de las emociones, etc.
El TDAH se considera un trastorno porque puede sabotear todos los ámbitos de la vida: tu carrera, tu matrimonio, tu capacidad como padre y tus sueños. Es así de malo. Y cada persona con TDAH tiene una combinación única de síntomas y problemas. ¿Procrastinación, exceso de compromisos, impaciencia, habitaciones ruidosas? Esos son los míos. Otras personas con TDAH no consiguen manejar el tiempo, pierden cosas u olvidan las citas.
Ya lo sé, TODOS afrontamos esos desafíos en nuestro mundo de hoy, lleno de distracciones. Pero para un 4 ó 5% de los adultos, llegan al punto de causar problemas serios. Lo bastante malo como para acudir a un médico en busca de ayuda, confuso y preguntando, “¿Qué es lo que me pasa?”
¡OK, BASTA DE ACLARACIONES!
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Haz que tu enemigo sea el TDAH, no tu hijo. Pilla a tu hija portándose bien cada día. Deja de echar la culpa a los demás. Y otras reglas para criar a un niño con TDAH que todos los padres deberían conocer.
La mayoría de los padres son buenos padres. Pero si vuestro hijo o vuestra hija tienen un trastorno por déficit de atención (TDAH o TDA), puede que no baste con ser “buenos”. Para aseguraros de que vuestro hijo esté feliz y equilibrado ahora y en el futuro – y para crear un entorno tranquilo en casa – debéis ser excelentes padres.
Afortunadamente, es más fácil de lo que imaginas pasar de bueno a excelente. Todo lo que se necesita son unos pequeños ajustes en tus estrategias para criar a un niño con TDAH y en la forma en que interactúas con tu hijo. Esto es lo que funciona y por qué:
1. Acepta el hecho de que tu hijo – como todos los niños – es imperfecto
No es fácil aceptar que hay algo que no es “normal” en tu hijo. Pero es poco probable que un niño que perciba en sus padres rencor – y pesimismo sobre sus expectativas – desarrolle la autoestima y el espíritu de “sí se puede” que necesitará para convertirse en un adulto feliz y equilibrado.
“Para que un niño se sienta aceptado y apoyado, necesita sentir que sus padres confían en sus habilidades”, dice Ken Brown-Gratchev, Ph.D., instructor de educación especial en Kaiser Permanente, en Portland (Oregón). “Cuando los padres aprenden a mirar los dones del TDAH – como la excepcional energía, la creatividad y las habilidades sociales – pueden ver el brillo que hay en sus hijos”.
Leer más: Nunca castigues a un niño por un comportamiento que no puede controlar