Precisar el origen del conflicto psicológico, clave para abordar el TDAH
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es uno de los más frecuentes entre niños y adolescentes
Los conflictos psicológicos que padecen una persona con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) requieren de un profesional capaz de tener en cuenta su comportamiento, pensamiento y sentimientos para actuar en el origen del problema.
Los psicólogos María Ibáñez Goicoechea y Jesús Jiménez Cascallana subrayan que todo ello es "necesario para que un tratamiento sea realmente efectivo"; así como entender previamente sus causas, y no "limitarse a paliar sus efectos o síntomas".
Respecto a esto último, han puesto como ejemplo el caso de pacientes con ansiedad o con depresión, con quienes se actúa sobre los síntomas "sin adentrarse en las causas", o la denominada baja autoestima, que "se pretende resolver tratando de elevarla con diferentes métodos, en lugar de entender cuál es la causa" y resolverla.
El miedo es siempre negativo
También destacan que el sufrimiento proviene de "conceptos erróneos" sobre la realidad. Una de estas ideas erróneas es que "el miedo es beneficioso, que es adaptativo", o que no se puede resolver, solo gestionar o soportar.
Tanto Ibáñez como Jiménez sostienen que se suele confundir el miedo con la percepción de peligro. La percepción del peligro "es muy beneficiosa, el miedo no". La realidad es "que el miedo paraliza, pone más en peligro y hace sufrir, y es el efecto de causas que se pueden comprender y resolver".
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Vivir con un hijo con TDAH es una maratón
Testimonio de una madre con un hijo diagnosticado con TDAH
Su hijo tiene TDAH". La frase me golpeó en la cabeza como un martillazo. ¿Y eso qué es? A pesar de las dudas, una parte de mi alma descansó. No sabía que la falta de atención y la hiperactividad podían ser un trastorno, lo único que tenía claro era que por fin alguien me entendía y me daba la razón.
A mi príncipe sí le pasaba algo. Mi hijo es mi príncipe. Soy de la generación que creció leyendo cuentos de hadas y princesas, forma parte de aquellas niñas a las que educaron pensando que en algún lugar del mundo había un príncipe azul que un día vendría a rescatarlas (a saber de qué). Aunque siempre rechacé los cuentos de hadas, el día que le vi la cara por primera vez me di cuenta que de algún modo aquellas historias podrían ser ciertas. Él era mi príncipe. Once años después lo tengo todavía más claro. Con mi hijo aprendí el verdadero significado del amor.
Llegar al diagnóstico fue algo así como escalar el Everest. Tres años sabiendo que algo iba mal y nadie me daba una explicación. Mi hijo fue un niño feliz hasta que llegó el momento de tener que pasar ocho horas encerrado en un aula. Antes, nunca vi nada raro en su comportamiento. Bueno quizá sí. Nunca fue un bebé risueño, no respondía a las monerías y cuando le pedía algún gesto se te quedaba mirando con un desdén que confieso en algún momento me llegó a dar pie a pensar que era autista. Fue un bebé de costumbres. Como le cambiara la rutina no sé de dónde sacaba el genio, pero de aquel cuerpecito menudo salía un enorme monstruo incontrolable. Salvo eso, todo era perfecto.
El colegio fue nuestro infierno. En Infantil supe que algo no iba bien, no podía decir qué, pero mi corazón lo sabía. Cada vez que preguntaba a sus profesoras le subían las notas yo no reconocía a mi hijo en ellas.
Juntos pasamos un infierno. No aprendía a leer y tampoco a escribir, odiaba los lápices y era capaz de pasarse cuatro horas seguidas sin hacer nada, de brazos cruzados. Eso lo hacía cada vez que se sentía atacado, su baja tolerancia a la frustración y su miedo a lo desconocido le paralizaban. Todavía le pasa.
¡Hablemos de drogas, pero en serio!
Estos días ha saltado a todos los medios de información local y nacional un folleto o panfleto, en principio, y según se ha dicho por sus creadores, destinado a ayudar a los consumidores de sustancias a que lo sigan haciendo, pero sin riesgos, o, con menos riesgos.
Lo que les ha salido, en mi opinión profesional como psiquiatra que lleva más de treinta años en ejercicio, es un bodrio nada riguroso, mal redactado, con un sentido de adoctrinamiento ideológico claramente visible, lleno de frases demagógicas y, por si fuera poco, tendencioso al pretender venderlo como si fuera, casi, un prospecto de medicamentos, a los que por cierto cuestiona y critica.
Cuando se lee con cierto detenimiento pronto se percibe que "eso" no lo ha podido escribir ningún profesional de la salud. Y claro, hablar de enfermedades, porque las adicciones son enfermedades, y además graves, y hacerlo desde una perspectiva que intenta parecerse a un prospecto farmacológico, es cuando menos un despropósito, sino algo mucho más grave como puede ser un ilícito penal. Pero vamos al grano y evitemos divagar.
En el panfleto de marras lo primero que salta a la vista es que se ponen al mismo nivel a las drogas de abuso (legales o ilegales), a los medicamentos, e incluso a sustancias como el té, café, o el chocolate, dando nombres comerciales (grave error legal), llegando a incluir a medicamentos que nada tienen que ver con las adicciones como es el paracetamol (Termalgin) como dice el panfleto. Con los tranquilizantes y analgésicos la desmesura es antológica, ya que se les considera tan nocivos, sino más, que la cocaína, la psilocibina, anfetaminas o cannabinoles. Algo inaudito, acientífico, temerario y como anuncian algunas empresas, posiblemente ilegal.
Nos dicen que, y cito literalmente: "La prohibición, la "guerra contra las drogas", es un “fracaso”, pero entendemos que este es un análisis erróneo. Esta, en realidad, es un éxito si entendemos que pretende lo siguiente: la generación de superbeneficios, la legitimación de intervenciones militares, profundizar en el control social, el embrutecimiento general y hasta la pérdida de lucidez y de salud de la gente. Todo esto lo hace “bastante bien”, independientemente de las declaraciones piadosas utilizadas para justificar dicha “guerra”. En fin, sobran comentarios. Son opiniones políticas que obviamente no comparto, pero sobre las que sí me pregunto, ¿y eso en qué ayuda a disminuir el daño a un adicto/drogodependiente, enfermo? ¿Qué mensaje positivo tiene un párrafo como ese para adolescente de 13,8 años (edad promedio de inicio en el consumo de cannabis)?
Se afirma con una osadía propia del que no conoce lo que es una drogodependencia, “que las drogas no matan, que lo que mata es no estar informado”. Las drogas unas más que otras, por supuesto, matan, destruyen el cerebro, limitan la libertad, anulan la personalidad, deterioran la vida del que las toma y también la de todos aquellos que están a su alrededor. Se puede estar muy informado, pero no por ello disminuye el riesgo que hay al consumirlas, se haga el consumo en una bandeja de oro o utilizando “la pipa de la paz” de los indios Sioux.
Realidad virtual disminuye el abandono del tratamiento en enfermos de TDAH
Un tratamiento para enfermos de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) que utiliza la realidad virtual, desarrollado por el hospital Vall d'Hebron hace más de un año, ha registrado menos abandono que los tratamientos farmacológicos y mejora la continuidad del tratamiento.
Según ha comunicado el hospital, los primeros resultados de este proyecto del Departamento de Psiquiatría, que ofrece técnicas de 'mindfulness' inmersiva a adultos enfermos de TDAH, evidencian que los pacientes están más motivados y predispuestos a continuar con la terapia gracias a la realidad virtual.
Este tratamiento desarrollado por Psious y Vodafone, que funciona desde hace más de un año y cuenta con una aceptación amplia, permite a los pacientes reducir el número de visitas al hospital al poder realizar las sesiones desde su casa con unas gafas de realidad virtual, una aplicación del móvil y una plataforma web.
Así, la terapia sumerge al enfermo en un entorno virtual a través de las gafas, mientras que un terapeuta controla la experiencia desde la plataforma web, y la adapta a cada trastorno y a sus necesidades.
El hospital Sant Joan de Déu ha comenzado a aplicar esta terapia a los niños, un 5 % de los cuales se estima que están afectados por el TDAH, con el objetivo de recoger los resultados en un estudio posterior.
Los resultados de ambas pruebas permitirán a los especialistas comparar los resultados del tratamiento que utiliza la realidad virtual frente al farmacológico, y determinarán si los efectos de aplicar el 'mindfulness' son similares o mejores.
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